La Policia Nacional s’acarnissa de nou en la resistència pacífica del Cabanyal (L’Informatiu)
Ayer jueves continuaron los derribos en el barrio marinero, y por segunda vez las fuerzas policiales cargaron con agresividad contra la resistencia pacífica de los vecinos y valencianos que trataban de impedir el expolio. La presencia del subdelegado del gobierno supervisando la actuación avaló los modos de la Policía Nacional, calificados de “brutales” por víctimas y testigos. Ciudadanos y políticos de diferentes partidos reclamaron al gobierno el cese de Ricardo Peralta.Ayer jueves continuaron los derribos en el barrio marinero, y por segunda vez las fuerzas policiales cargaron con agresividad contra la resistencia pacífica de los vecinos y valencianos que trataban de impedir el expolio. La presencia del subdelegado del gobierno supervisando la actuación avaló los modos de la Policía Nacional, calificados de “brutales” por víctimas y testigos. Ciudadanos y políticos de diferentes partidos reclamaron al gobierno el cese de Ricardo Peralta.Ayer jueves continuaron los derribos en el barrio marinero, y por segunda vez las fuerzas policiales cargaron con agresividad contra la resistencia pacífica de los vecinos y valencianos que trataban de impedir el expolio. La presencia del subdelegado del gobierno supervisando la actuación avaló los modos de la Policía Nacional, calificados de “brutales” por víctimas y testigos. Ciudadanos y políticos de diferentes partidos reclamaron al gobierno el cese de Ricardo Peralta.
Ayer, como cada jueves, en las calles del Cabanyal, especialmente en el entorno de la avenida del Mediterráneo, rondaba el delito. Porque al habitual y tolerado menudeo de drogas en la zona (cuyos puntos de venta han sido denunciados en miles de ocasiones por los vecinos sin resultado alguno), se sumaban las decenas de puestos del mercado semanal en que se venden productos falsificados, así como el improvisado rastro ilegal en que vendedores sin licencia alguna tratan de sacar unos cuartos por artículos robados o de dudosa procedencia. Ayer, en cambio, era un jueves diferente, porque en el entorno del barrio se registraba, desde primera hora de la mañana, un fuerte dispositivo policial. Sin embargo, los agentes, como se vería más tarde, no habían acudido -tampoco esta vez- a detener a los delincuentes.
El relato detallado de los hechos podría, superficialmente, no diferir mucho del que hicimos de la agresión policial del pasado martes a pocos metros. Sin embargo, varios detalles aportaban a los sucesos de ayer diferencias relevantes. Como el martes, los vecinos y simpatizantes con ellos y la defensa del patrimonio de la ciudad, se reunieron alrededor de las nueve de la mañana para proteger un edificio, esta vez situado en la calle Francesc d’Eiximenis. Para entonces la Policía Local ya tenía acordonada el entorno del inmueble, pero aún no había accedido la excavadora que iba a derribarlo, por los que los ciudadanos se prepararon para ofrecer su resistencia pacífica al expolio del patrimonio, a la vista de que la Policía Nacional aún no se había presentado para velar por la legalidad.
No hubo enfrentamiento entre vecinos y policía
Sorprendentemente, los nacionales, que ya se encontraban en las proximidades del lugar desde tiempo antes irrumpieron en escena superadas las 10:15 acompañando a la excavadora, que tuvo que detenerse a escasos metros de los ciudadanos que, en mayor número que el martes, bloqueaban su paso sentados en el suelo. Fue entonces cuando, tras apartar un par de containers de basura que varios jóvenes habían también ubicado -ni volcado, ni incendiado- en el medio de la calzada para entorpecer el paso de la grúa, los antidisturbios de la Policía Nacional la emprendieron a golpes con los ciudadanos sentados en el suelo. Los ciudadanos retrocedían a duras penas al tiempo que recibían golpes indiscriminados de la Policía Nacional, mientras los más desafortunados se encontraban en su retroceso con agentes de la Policía Local, que respondían al contacto con nuevas agresiones.
En ningún momento se pudo hablar de enfrentamiento entre vecinos y cuerpos de seguridad: los ciudadanos pusieron sus cuerpos, la policía, las porras. Y todo, a diferencia del martes, bajo la supervisión in situ de Miguel Domínguez, concejal de seguridad (que dos días antes llegaba en los instantes finales de los sucesos), y el subdelegado del gobierno, Luis Felipe Martínez, supervisando desde un segundo plano el empleo de la fuerza de los agentes bajo su responsabilidad. Martínez, a preguntas de este diario, no hizo ningún reproche a la actuación de los nacionales. Cabe señalar, por otro lado, que los agentes de la Policía Nacional que fueron claramente identificados agrediendo a ancianos y personas indefensas, se negaron, cometiendo una flagrante ilegalidad, a dar sus números de placa a los periodistas y ciudadanos que se los reclamaron.
Los periodistas también reciben
Domínguez, por su parte, insultó a los ciudadanos presentes calificándolos a todos como “grupo de violentos”, aunque toda la violencia que la policía obtuvo como respuesta a sus cargas la generó un grupo de jóvenes inferior a diez personas, que fue rápidamente recriminado y anulado por los vecinos del barrio y la mayoría de los manifestantes. Salvem el Cabanyal, que jamás ha actuado con violencia desde su fundación, condenó enérgicamente esta respuesta agresiva ajena, a pesar de su carácter aislado y minoritario. La última diferencia significativa con la anterior jornada la supuso el empleo de la violencia también contra los miembros de la prensa que cubrían los sucesos. Mientras el pasado martes los cuerpos de seguridad se cuidaron de agredir a los periodistas, ayer fueron varios los colegas que recibieron los golpes de sus porras. Al parecer la presencia de testigos que lleven las imágenes de lo que sucede en València fuera de los límites del barrio del Cabanyal, incomodó a los responsables de las fuerzas de seguridad. Unos hechos que ayer por la tarde condenaba en un comunicado la Unió de Periodistes Valencians.
Con decenas de ciudadanos magullados por las cargas policiales -al menos dos de ellos conducidos a dependencias sanitarias para ser atendidos por sus heridas-, las fuerzas del orden pudieron facilitar finalmente que el acto de expolio se llevara adelante. Los ciudadanos que quedaban en pie acudieron entonces a proteger otro inmueble en la calle San Pere, pero el difícil acceso al lugar, entorpecido por los vendedores del rastro ilegal instalado en uno de los extremos de la calle, seguramente acabaron por disuadir a las fuerzas policiales de acometer ese nuevo derribo. Poco tiempo después, vendedores ilegales y comerciantes de artículos falsificados, recogieron sus puestos con normalidad, y el comercio ilegal en el barrio volvió a reducirse a los puntos de venta de drogas. La policía ayer por la mañana, como habitualmente, no visitó el barrio para solucionar esos problemas.
Ayer, como cada jueves, en las calles del Cabanyal, especialmente en el entorno de la avenida del Mediterráneo, rondaba el delito. Porque al habitual y tolerado menudeo de drogas en la zona (cuyos puntos de venta han sido denunciados en miles de ocasiones por los vecinos sin resultado alguno), se sumaban las decenas de puestos del mercado semanal en que se venden productos falsificados, así como el improvisado rastro ilegal en que vendedores sin licencia alguna tratan de sacar unos cuartos por artículos robados o de dudosa procedencia. Ayer, en cambio, era un jueves diferente, porque en el entorno del barrio se registraba, desde primera hora de la mañana, un fuerte dispositivo policial. Sin embargo, los agentes, como se vería más tarde, no habían acudido -tampoco esta vez- a detener a los delincuentes.
El relato detallado de los hechos podría, superficialmente, no diferir mucho del que hicimos de la agresión policial del pasado martes a pocos metros. Sin embargo, varios detalles aportaban a los sucesos de ayer diferencias relevantes. Como el martes, los vecinos y simpatizantes con ellos y la defensa del patrimonio de la ciudad, se reunieron alrededor de las nueve de la mañana para proteger un edificio, esta vez situado en la calle Francesc d’Eiximenis. Para entonces la Policía Local ya tenía acordonada el entorno del inmueble, pero aún no había accedido la excavadora que iba a derribarlo, por los que los ciudadanos se prepararon para ofrecer su resistencia pacífica al expolio del patrimonio, a la vista de que la Policía Nacional aún no se había presentado para velar por la legalidad.
No hubo enfrentamiento entre vecinos y policía
Sorprendentemente, los nacionales, que ya se encontraban en las proximidades del lugar desde tiempo antes irrumpieron en escena superadas las 10:15 acompañando a la excavadora, que tuvo que detenerse a escasos metros de los ciudadanos que, en mayor número que el martes, bloqueaban su paso sentados en el suelo. Fue entonces cuando, tras apartar un par de containers de basura que varios jóvenes habían también ubicado -ni volcado, ni incendiado- en el medio de la calzada para entorpecer el paso de la grúa, los antidisturbios de la Policía Nacional la emprendieron a golpes con los ciudadanos sentados en el suelo. Los ciudadanos retrocedían a duras penas al tiempo que recibían golpes indiscriminados de la Policía Nacional, mientras los más desafortunados se encontraban en su retroceso con agentes de la Policía Local, que respondían al contacto con nuevas agresiones.
En ningún momento se pudo hablar de enfrentamiento entre vecinos y cuerpos de seguridad: los ciudadanos pusieron sus cuerpos, la policía, las porras. Y todo, a diferencia del martes, bajo la supervisión in situ de Miguel Domínguez, concejal de seguridad (que dos días antes llegaba en los instantes finales de los sucesos), y el subdelegado del gobierno, Luis Felipe Martínez, supervisando desde un segundo plano el empleo de la fuerza de los agentes bajo su responsabilidad. Martínez, a preguntas de este diario, no hizo ningún reproche a la actuación de los nacionales. Cabe señalar, por otro lado, que los agentes de la Policía Nacional que fueron claramente identificados agrediendo a ancianos y personas indefensas, se negaron, cometiendo una flagrante ilegalidad, a dar sus números de placa a los periodistas y ciudadanos que se los reclamaron.
Los periodistas también reciben
Domínguez, por su parte, insultó a los ciudadanos presentes calificándolos a todos como “grupo de violentos”, aunque toda la violencia que la policía obtuvo como respuesta a sus cargas la generó un grupo de jóvenes inferior a diez personas, que fue rápidamente recriminado y anulado por los vecinos del barrio y la mayoría de los manifestantes. Salvem el Cabanyal, que jamás ha actuado con violencia desde su fundación, condenó enérgicamente esta respuesta agresiva ajena, a pesar de su carácter aislado y minoritario. La última diferencia significativa con la anterior jornada la supuso el empleo de la violencia también contra los miembros de la prensa que cubrían los sucesos. Mientras el pasado martes los cuerpos de seguridad se cuidaron de agredir a los periodistas, ayer fueron varios los colegas que recibieron los golpes de sus porras. Al parecer la presencia de testigos que lleven las imágenes de lo que sucede en València fuera de los límites del barrio del Cabanyal, incomodó a los responsables de las fuerzas de seguridad. Unos hechos que ayer por la tarde condenaba en un comunicado la Unió de Periodistes Valencians.
Con decenas de ciudadanos magullados por las cargas policiales -al menos dos de ellos conducidos a dependencias sanitarias para ser atendidos por sus heridas-, las fuerzas del orden pudieron facilitar finalmente que el acto de expolio se llevara adelante. Los ciudadanos que quedaban en pie acudieron entonces a proteger otro inmueble en la calle San Pere, pero el difícil acceso al lugar, entorpecido por los vendedores del rastro ilegal instalado en uno de los extremos de la calle, seguramente acabaron por disuadir a las fuerzas policiales de acometer ese nuevo derribo. Poco tiempo después, vendedores ilegales y comerciantes de artículos falsificados, recogieron sus puestos con normalidad, y el comercio ilegal en el barrio volvió a reducirse a los puntos de venta de drogas. La policía ayer por la mañana, como habitualmente, no visitó el barrio para solucionar esos problemas.
Ayer, como cada jueves, en las calles del Cabanyal, especialmente en el entorno de la avenida del Mediterráneo, rondaba el delito. Porque al habitual y tolerado menudeo de drogas en la zona (cuyos puntos de venta han sido denunciados en miles de ocasiones por los vecinos sin resultado alguno), se sumaban las decenas de puestos del mercado semanal en que se venden productos falsificados, así como el improvisado rastro ilegal en que vendedores sin licencia alguna tratan de sacar unos cuartos por artículos robados o de dudosa procedencia. Ayer, en cambio, era un jueves diferente, porque en el entorno del barrio se registraba, desde primera hora de la mañana, un fuerte dispositivo policial. Sin embargo, los agentes, como se vería más tarde, no habían acudido -tampoco esta vez- a detener a los delincuentes.
El relato detallado de los hechos podría, superficialmente, no diferir mucho del que hicimos de la agresión policial del pasado martes a pocos metros. Sin embargo, varios detalles aportaban a los sucesos de ayer diferencias relevantes. Como el martes, los vecinos y simpatizantes con ellos y la defensa del patrimonio de la ciudad, se reunieron alrededor de las nueve de la mañana para proteger un edificio, esta vez situado en la calle Francesc d’Eiximenis. Para entonces la Policía Local ya tenía acordonada el entorno del inmueble, pero aún no había accedido la excavadora que iba a derribarlo, por los que los ciudadanos se prepararon para ofrecer su resistencia pacífica al expolio del patrimonio, a la vista de que la Policía Nacional aún no se había presentado para velar por la legalidad.
No hubo enfrentamiento entre vecinos y policía
Sorprendentemente, los nacionales, que ya se encontraban en las proximidades del lugar desde tiempo antes irrumpieron en escena superadas las 10:15 acompañando a la excavadora, que tuvo que detenerse a escasos metros de los ciudadanos que, en mayor número que el martes, bloqueaban su paso sentados en el suelo. Fue entonces cuando, tras apartar un par de containers de basura que varios jóvenes habían también ubicado -ni volcado, ni incendiado- en el medio de la calzada para entorpecer el paso de la grúa, los antidisturbios de la Policía Nacional la emprendieron a golpes con los ciudadanos sentados en el suelo. Los ciudadanos retrocedían a duras penas al tiempo que recibían golpes indiscriminados de la Policía Nacional, mientras los más desafortunados se encontraban en su retroceso con agentes de la Policía Local, que respondían al contacto con nuevas agresiones.
En ningún momento se pudo hablar de enfrentamiento entre vecinos y cuerpos de seguridad: los ciudadanos pusieron sus cuerpos, la policía, las porras. Y todo, a diferencia del martes, bajo la supervisión in situ de Miguel Domínguez, concejal de seguridad (que dos días antes llegaba en los instantes finales de los sucesos), y el subdelegado del gobierno, Luis Felipe Martínez, supervisando desde un segundo plano el empleo de la fuerza de los agentes bajo su responsabilidad. Martínez, a preguntas de este diario, no hizo ningún reproche a la actuación de los nacionales. Cabe señalar, por otro lado, que los agentes de la Policía Nacional que fueron claramente identificados agrediendo a ancianos y personas indefensas, se negaron, cometiendo una flagrante ilegalidad, a dar sus números de placa a los periodistas y ciudadanos que se los reclamaron.
Los periodistas también reciben
Domínguez, por su parte, insultó a los ciudadanos presentes calificándolos a todos como “grupo de violentos”, aunque toda la violencia que la policía obtuvo como respuesta a sus cargas la generó un grupo de jóvenes inferior a diez personas, que fue rápidamente recriminado y anulado por los vecinos del barrio y la mayoría de los manifestantes. Salvem el Cabanyal, que jamás ha actuado con violencia desde su fundación, condenó enérgicamente esta respuesta agresiva ajena, a pesar de su carácter aislado y minoritario. La última diferencia significativa con la anterior jornada la supuso el empleo de la violencia también contra los miembros de la prensa que cubrían los sucesos. Mientras el pasado martes los cuerpos de seguridad se cuidaron de agredir a los periodistas, ayer fueron varios los colegas que recibieron los golpes de sus porras. Al parecer la presencia de testigos que lleven las imágenes de lo que sucede en València fuera de los límites del barrio del Cabanyal, incomodó a los responsables de las fuerzas de seguridad. Unos hechos que ayer por la tarde condenaba en un comunicado la Unió de Periodistes Valencians.
Con decenas de ciudadanos magullados por las cargas policiales -al menos dos de ellos conducidos a dependencias sanitarias para ser atendidos por sus heridas-, las fuerzas del orden pudieron facilitar finalmente que el acto de expolio se llevara adelante. Los ciudadanos que quedaban en pie acudieron entonces a proteger otro inmueble en la calle San Pere, pero el difícil acceso al lugar, entorpecido por los vendedores del rastro ilegal instalado en uno de los extremos de la calle, seguramente acabaron por disuadir a las fuerzas policiales de acometer ese nuevo derribo. Poco tiempo después, vendedores ilegales y comerciantes de artículos falsificados, recogieron sus puestos con normalidad, y el comercio ilegal en el barrio volvió a reducirse a los puntos de venta de drogas. La policía ayer por la mañana, como habitualmente, no visitó el barrio para solucionar esos problemas.
Ara mes que mai tinguem que estar tots units i fer força. M´agradaria que dimarts que ve o quan tornaren les grues a enderrocar alguna casa, i puguem estar el màxim de gent… ( estudiants, treballadors, polítics, mitjans de comunicació). Fer una manifestació.
n el Movimiento Ciudadano hacia la República Constitucional (MCRC), creemos que el tiempo para criticar nuestro régimen político partitocrático ya no hace más que reincidir sobre lo sabido. Se palpa en amplias capas de la sociedad civil la disconformidad y el descontento con nuestra clase política; y más importante aún, con el sistema y mecanismos que los mantiene blindados en sus poltronas desde la Transición.
Los que pensamos, y sabemos, que esto no es una democracia creemos que ha llegado el momento de pasar a la acción. Ensalzamos la acción de la misma forma que detestamos el activismo; por eso queremos convocar a todos los amantes de la libertad política a dar un paso hacia delante. Ese paso no consiste en firmar un manifiesto, asistir a una charla o ir a una manifestación.
El paso al que llamamos va más allá: es simple, sencillo y revolucionario, pues no se ha hecho nunca. Sólo requiere el compromiso de acudir cuando llegue el momento. Vamos a reunir en la capital de la Nación (Madrid) a 10.000 personas para celebrar la Asamblea fundadora del MCRC. El objetivo de esa Asamblea no es otro que el de forzar al Estado a abrir un periodo de libertad constituyente donde los españoles tengamos la opción de poder cambiar este régimen, decadente y corrupto, por el equivalente sistémico a la democracia representativa, que no es otro que la República Constitucional.
La libertad nunca ha sido regalada. Si te la han otorgado, tampoco es libertad. Si piensas así y quieres aportar tu grano de arena en esta ilusionante iniciativa, te insto a que te comprometas en esta página de Facebook( http://www.facebook.com/group.php?gid=2261242042 ) a asistir a esa Asamblea cuando llegue el momento y tengamos el número necesario de compatriotas.
Puede parecer utópico aspirar a cambiar el régimen desde sus cimientos con tan pocos medios, pero las mayores revoluciones en la historia de la humanidad comenzaron a gestarse con menos gente de la que ya apoya nuestro movimiento ciudadano. Si estás con nosotros, te animo a que invites a sumarse a todos aquellos que creas pueden compartir nuestros ideales (que no ideología, pues la dejamos fuera de esta iniciativa). Con lo único que hay que estar en sintonía es con nuestra Declaración de principios y valores que dejo en el enlace http://antoniogarciatrevijano.com/2006/08/29/declaracionde-principios-y-de-valores/.
Lo demás está por escribir. Que se haga en los libros de historia o no, depende de vosotros.
Salud y República.
MOVIMIENTO CIUDADANO HACIA
LA REPÚBLICA CONSTITUCIONAL
DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS Y DE VALORES
I. Porque los seres humanos no nacen iguales en capacidad física y mental, ni en condición social, la Sociedad y el Estado deben garantizar la igualdad de derechos y de oportunidades.
II. Porque existe un imperativo moral en todas las conciencias, es condenable el oportunismo personal, social y político.
III. Porque los individuos no pueden desarrollar sus vocaciones ni sus acciones fuera del contexto social, la lealtad es fundamento de todas las virtudes personales y sociales.
IV. Porque los españoles padecen temores derivados de su tradicional educación en el Estado autoritario, sólo la valentía personal puede crear la fortaleza de la sociedad civil frente al Estado.
V. Porque durante siglos se ha sacrificado y despreciado la inteligencia y el espíritu creador, apartándolos de los centros de enseñanza, del Estado y de los Partidos, esas facultades individuales han de organizarse para tener presencia activa en la sociedad civil.
VI. Porque la decencia constituye el decoro de la civilización, la sociedad civil debe civilizar a los Partidos y Sindicatos, sacándolos del Estado.
VII. Porque entre el Estado de Partidos y la sociedad civil no existe una sociedad política intermedia, la parte más civilizada de aquella debe orientar la formación de ésta, sin el concurso del Estado.
VIII. Porque la política afecta al universo de gobernados, si el lenguaje de políticos y medios comunicativos no es directo, correcto y expresivo del sentido común, disimula una falsedad o esconde un fraude.
IX. Porque no son legítimas las razones ocultas del poder político, siempre será ilegitima la razón de Estado.
X. Porque a la razón de gobierno sólo la legitima la libertad política de los que eligen el poder ejecutivo del Estado, son ilegítimos, aunque sean legales, todos los gobiernos que no son elegidos directamente por los gobernados y no pueden ser revocados por éstos.
XI. Porque la razón de la ley está en la prudencia de legisladores independientes, elegidos por los que han de obedecerlas, no son respetables, aunque se acaten, las leyes emanadas de Parlamentos dependientes del Gobierno.
XII. Porque la razón de la justicia legal está en el saber experto de una judicatura independiente del gobierno y del parlamento, no pueden ser justas ni dignas las resoluciones de una organización judicial dependiente de ambos poderes.
XIII. Porque la razón del elegido está en el mandato unipersonal, imperativo y revocable del elector, es fraudulento el sistema proporcional de listas, que sólo representa a los jefes de partido.
XIV. Porque los medios de comunicación forman la opinión publica, no puede ser imparcial ni veraz la información controlada por un oligopolio de poderes económicos.
XV. Porque la corrupción es inherente a la no separación de los poderes estatales, sólo la puede evitar, con su separación, el recelo y la desconfianza entre sus respectivas ambiciones.
XVI. Porque las Autonomías fomentan los nacionalismos discriminadores o independentistas, deben ser compensadas integrándolas en la forma presidencial de Gobierno.
XVII. Porque las Autonomías fomentan gastos públicos improductivos, sus competencias susceptibles de ser municipalizadas deben de ser transferidas a los Ayuntamientos.
XVIII. Porque la Monarquía de Partidos carece de autoridad para garantizar la unidad de la conciencia española, y ha sido foco de golpes de Estado y corrupciones, debe ser sustituida por una República Constitucional, que separe los poderes del Estado, represente a la sociedad civil y asiente el natural patriotismo en la forma presidencial de Gobierno.
XIX. Porque la única razón de la obediencia política reside en el libre consentimiento de los gobernados, éstos conservan su derecho a la desobediencia civil y resistencia pasiva, sin acudir a la violencia, frente a todo gobierno que abuse del poder o se corrompa.
XX. Porque el pasado no puede ser revivido, sin imponerlo la fuerza del Estado, no es posible la restauración pacífica de la II República, cuya forma de gobierno parlamentario tampoco era democrática.
XXI. Porque el sistema de poder de las naciones europeas, ideado para la guerra fría, no es democrático, los españoles están obligados a innovar su cultura política para llegar a la democracia como regla formal del juego político.
Por lealtad a la sociedad civil, los Partidos Políticos, Sindicatos y Organizaciones No Gubernamentales no pueden ser financiados por el Estado; y por lealtad a la conciencia personal de los integrantes de este Movimiento de Ciudadanos, el MCRC no se transformará en partido político, y se disolverá tan pronto como su acción se agote con el referéndum que ratifique la Constitución democrática de la III República Española.
Esta plataforma está totalmente politizada.
Debería desaparecer ya por el bien del barrio!!
Toda mi solidaridad y todo mi apoyoa la Plataforma Salvem El Cabanyal, en la valiente y admirable lucha que mantiene para defender el barrio de los intereses de capitalistas
y especuladores.
Han de saber además que somos muchxs quiénes estamos mirándonos en ustedes y estamos dispuest@s a apoyarlos en lo que podamos y nos sugieran. Estemos en contacto pues.
Hasta pronto!
Abrazos desde Cádiz.
Iván Albastro. (Activista anarquista).
Como escribió una compa, “no se puede detener la rueda de la historia aunque le coloquen un madero en medio esta se rompera, se rompera por que la fe, el estusiasmo, el coraje, y la fuerza del pueblo” (extraído de http://enlacezapatista.ezln.org.mx/denuncias/3601?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+EnlaceZapatista+%28Enlace+Zapatista%29)